Seguimos en Lanzarote.
Continuamos la aventura por Lanzarote y entonces es cuando me dicen que vamos a ir a visitar a una gran veterana del queso en el norte de la isla, mas concretamente en Órzola.
Mientras subíamos con el coche el paisaje iba cambiando a cada minuto, hasta llegar al norte y meterse en este pueblo tan tranquilo donde nos estaba esperando la Señora Felisa, que ya a las 9 de la mañana había elaborado sus quesos y estaba tan tranquila por su casa.
Ella elabora queso fresco de sus cabras; al principio de la mañana su hijo ordeña las cabras y le lleva la leche a su madre en unas antiguas lecheras, aún con la leche caliente sin meterla en ninguna cuba para calentarla, le añade los fermentos y el cuajo animal. Cuando ya tiene lista la cuajada se sienta en su silla verde y comienza a elaborar sus míticos quesos los cuales lleva toda la vida haciendo, sigue utilizando PLEITAS para que el queso no se desmonte, estas pleitas son antiguamente lo que ahora son los moldes y salando a mano cada queso.
Lo mas increíble de todo fue estar fuera de la quesería, los tres hablando y recordándonos Felisa como se hacía el queso antiguamente, como se extraía el cuajo animal y los fermentos del suero del día anterior, como se oreaban los quesos en una caseta de madera al aire libre y recordando el gran sabor de un queso de verdad y hecho con productos naturales de verdad.
Una vez dejamos que Felisa que continuase su día a día y ya que estábamos en el norte de la isla fuimos a ver el risco de Lanzarote un acantilado inmenso con unas vistas impresionantes.
Acabamos el día hablando con el hijo de Felisa en un antiguo mercado, desayunando y planeando ya la próxima quedada en Lanzarote para poder hacer quesos como antiguamente.
Mientras subíamos con el coche el paisaje iba cambiando a cada minuto, hasta llegar al norte y meterse en este pueblo tan tranquilo donde nos estaba esperando la Señora Felisa, que ya a las 9 de la mañana había elaborado sus quesos y estaba tan tranquila por su casa.
Ella elabora queso fresco de sus cabras; al principio de la mañana su hijo ordeña las cabras y le lleva la leche a su madre en unas antiguas lecheras, aún con la leche caliente sin meterla en ninguna cuba para calentarla, le añade los fermentos y el cuajo animal. Cuando ya tiene lista la cuajada se sienta en su silla verde y comienza a elaborar sus míticos quesos los cuales lleva toda la vida haciendo, sigue utilizando PLEITAS para que el queso no se desmonte, estas pleitas son antiguamente lo que ahora son los moldes y salando a mano cada queso. Lo mas increíble de todo fue estar fuera de la quesería, los tres hablando y recordándonos Felisa como se hacía el queso antiguamente, como se extraía el cuajo animal y los fermentos del suero del día anterior, como se oreaban los quesos en una caseta de madera al aire libre y recordando el gran sabor de un queso de verdad y hecho con productos naturales de verdad.
Una vez dejamos que Felisa que continuase su día a día y ya que estábamos en el norte de la isla fuimos a ver el risco de Lanzarote un acantilado inmenso con unas vistas impresionantes.
Acabamos el día hablando con el hijo de Felisa en un antiguo mercado, desayunando y planeando ya la próxima quedada en Lanzarote para poder hacer quesos como antiguamente.
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